Empresas con alma

Algunos nos hacen creer que noviembre es el mes del Black Friday, y todo por adelantar las ventas de la campaña de Navidad y Reyes. Eso sí, con precios que parecen reventados y fin de temporada.
Este invento del día después del de Acción de Gracias a EE.UU. coincide con el último jueves del mes y, en nuestro país los mayores quieren que se inicie muy poco después del día de Todos los Santos.
En definitiva, activar el consumo es lo necesario. Pero por unos, los márgenes son los que pagan las consecuencias; nos referimos a las pequeñas y medianas empresas, para otros, a la gran distribución comercial, les sirve para quitarse stocks sobrantes, tanto de ellos como de sus proveedores. Y también hay que decir que en la poderosa plataforma digital del mundo on line le permite seguir ganando cuota de mercado.
Este año, sin embargo, hay que decir y reconocer que la preparación de la campaña de Navidad, nos referimos al alumbramiento de las calles, al adorno de las tiendas, a la decoración de los escaparates, a la campaña de comunicación de las instituciones para que los ciudadanos salgan a pasear y se acerquen a las tiendas para ver escaparates y para comprar, se ha iniciado antes que nunca y, que respecto a años anteriores, la mejora es significativa, pero no suficiente. Ahora es necesario que tenga éxito y que se repita y mejore año tras año.
A nivel general y en el mundo desarrollado, podemos afirmar que la inflación ha entrado en la fase de contención y reducción. En definitiva, queda por debajo de los tipos de interés de los bancos centrales y muy especialmente de la FED y del Banco Central Europeo. Si la contención continúa, es de esperar que a partir del segundo semestre de 2024 los tipos inicien una etapa de rebaja que ayudaría a activar la economía en general, pues hoy por hoy, el crecimiento previsto está por debajo del año que somos y en muchos casos se habla de recesión y también de estaflación.
De todos modos, aquellos países en los que el consumo privado dentro del cuadro macroeconómico han aguantado e incluso ha crecido, son los que tendrán crecimientos del PIB en 2023. De ahí la importancia del empleo, del comportamiento del consumidor, pese a la pérdida de poder adquisitivo y, en definitiva, de la atracción y crecimiento del turismo internacional y de su capacidad de consumir en el país de destino.

Cataluña ha llegado a superar el censo de los 8 millones de habitantes, es decir, en los últimos 20 años hemos crecido mucho. Los recién llegados representan el 18% de la población, pero en determinados entornos metropolitanos está muy por encima de la citada cifra.
En esta etapa hemos tenido que soportar la crisis económica financiera 2007-2014, Covid, los efectos de la invasión de Ucrania, la crisis energética, etc. La consecuencia es que la renta per cápita de los que viven y trabajan en Cataluña se ha reducido de forma ostensible en los últimos años, los salarios de los jóvenes no responden al nivel de formación y de vida necesario para independizarse, el índice de natalidad cae año tras año, el envejecimiento de la población se hace realidad y se demuestra que los nuevos venidos son necesarios a la hora de realizar y cubrir trabajos ofrecidos por el sector terciario de la economía.
Podríamos decir que el nuevo paradigma es bastante complicado para todos: empresas, empresarios, trabajadores -colaboradores y Administración, pero muy especialmente por las pequeñas y medianas empresas de ámbito local que deben competir con las grandes empresas, multinacionales y plataformas digitales. En definitiva podríamos decir que las locales deben competir en condiciones de inferioridad, es decir, financieras y fiscales entre otras muchas.
Pero lo que hace falta es diferenciarse de la competencia y disponer de un plan de empresa con su plan de actuación, trabajar con un equipo de gente convencida, escuchar a aquellos que son rebeldes, pero lo son para corregir las anomalías que van surgiendo y, no desfallecer ante los imponderables que el día a día impone.
La Administración debe fomentar a las pequeñas y medianas empresas para que puedan mantenerse en el mercado pero muy especialmente para hacerse mayores y poder competir con las grandes multinacional que operan en el territorio.
Por otro lado, la función de ordenación es del todo necesaria para evitar posiciones de dominio, competencia desleal y muchas otras disfunciones que las nuevas tecnologías, con su innovación disruptiva, introducen en el mercado.
La Jornada de retail Comertia celebrada en la primera quincena del mes bajo el título Empresas con alma. Hacia un nuevo paradigma puso sobre la mesa, a través de grandes profesionales, mujeres y hombres, todo lo que hemos escrito en el apartado anterior. Las empresas son creadoras de riqueza y empleo, pero su alma es fundamental por su diferenciación, continuidad y crecimiento. Pero una vez más, como dice y hace Comertia, habrá que compartir para competir. Vamos .
Santi Pagés
Economista